¿Qué buscas tu alma gemela o tu alma afín?

Muchos nos referimos al alma gemela como si fuera la otra mitad de nosotros, nuestro gran amor, pero en realidad esto no es así, es distinto a lo que creemos

Por Jaynie Marcos

A lo largo del tiempo y del camino, el deseo inmenso de encontrarnos con esa tan famosa y mencionada “alma gemela” se vuelve un objetivo primordial del día a día de nuestras vidas. Existen libros, cursos, talleres, charlas, conferencias y un sinfín de artículos que mencionan y hablan de la alma gemela. Pero en realidad, ¿Qué es el alma gemela? Para la gran mayoría es la idea comprada de que es la persona de quien te enamorarás y casarás y vivirás un “felices para siempre”. Y en este punto del texto, lamento llevarlos a una gran desilusión.

En nuestra vida en este plano terrenal, nos encontramos con muchísimas personas que nos acompañan en el camino; con algunas tenemos una relación cordial y amorosa y con otras quizá la relación sea de tortura o sufrimiento. Estas personas son nuestras almas afines, y nos encontramos puesto que a nivel alma realizamos pactos a trabajar en esta reencarnación. Cada una de ellas forma parte de nuestra evolución, de nuestro camino, hace que aprendamos, y vivamos; sea la relación amorosa o dolorosa, que algunos le llaman alma afín dhármica o kármica, es un pacto previamente acordado que nos ayudará en nuestro proceso. Por ello, hay veces que sentimos conocer de mucho tiempo atrás a alguien que acabamos de ver un solo instante, porque nos hemos reencontrado con esa alma. Y aquí es donde aparece un punto relevante e importante. Si nosotros estamos en un estado de dependencia o carencia emocional, solemos confundir ese “reconocimiento” y pensamos que es nuestra alma gemela, haciéndonos creer que hemos caído en un profundo amor y si la relación atraviesa malos momentos nos lleva al terrible sufrimiento y tortura.

El alma gemela, según antiguos escritos, es esa alma que nos espera para reencontrarnos y fusionarnos de nuevo y regresar al paraíso, desde cuando éramos solo uno y al momento de la creación fuimos separados. Quizá en esta encarnación nos encontremos junto a nuestra alma gemela, en caso de que ella se encuentre encarnada, más en ocasiones no la reconocemos, puesto que el nivel de evolución no es tal para que eso suceda. Cuando hay reconocimiento, se vive una sensación de amor incondicional que rompe límites, un amor más allá de toda dimensión. Ella nos ayuda a seguir el camino de la ascensión para poder encontrarnos y fusionarnos de nuevo. Puede que nos ponga pruebas fuertes, grandes lecciones necesarias para nuestra evolución. A esta alma no se le invoca o se le llama, solo le agradece al Universo por su existencia y se le pide poder trabajar con ella para nosotros también ayudarle a despertar y evolucionar para el reencuentro.

Estando en el entendido que el alma gemela es esa alma que nos espera en la ascensión y evolución espiritual, el alma afín es aquella que encontramos en esta vida y que, al igual que el alma gemela que nos ayuda a aprender y llevamos grandes lecciones de vida, podemos encontrarnos esa alma afín que nos complementa en nuestro camino, aquella con quien podemos compartir un amor verdadero y sincero.